Ya empieza el frío y va apeteciendo acurrucarse en el sofá o en la cama… y empezar a soñar. Estas muñecas llevan unos gorritos para dormir con un pompón en la punta, para estar bien calentitas ahora que viene el invierno.

Para los vestidos he utilizado telas antiguas de algodón que he teñido con colorantes naturales en casa, empleando cáscaras y huesos de aguacates, pieles de cebolla, moras que recogí este verano paseando por un camino y los restos del vino de alguna celebración 😉

Todos los vestidos y las caritas están bordados a mano con mucha paciencia.

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