Novedades que trae el otoño. Por un lado, el zorrito de franela de algodón orgánico, teñido a mano con tintes naturales, que preparo yo misma. Es todo suavidad y ternura. También las estrellas hacen su aparición en las largas noches de otoño, algunas ya conocidas y otras nuevas, aprovechando retalitos que sobran de coser la ropa de los muñecos.
Y en mis ratos libres… pues por fin he conseguido terminar el bordado del petirrojo, mi proyecto del curso de Gimena Romero. Y aprovecho que ya hace frío para quedarme en casa y seguir bordando, leer debajo de una manta y comer calabaza al horno, mmm…
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